22.8.06

Sequia


Hoy he salido a pasear en mi nuevo parque, se veía tan verde….. que de momento se me vino a la cabeza esta maldita sequía que no tardando mucho hará que el placer de lavarse la cara por las mañanas sea un auténtico lujo.

Me he tumbado en la hierba y he sacado el libro de turno, pero aquellos niños que jugaban me han distraído de mi propósito. Me he dado cuenta que el tiempo va pasando, que ya tengo treinta y dos, y que a veces me llaman señora, me he dado cuenta de cómo van cambiando los tiempos, aun arriesgándome a parecer mayor, me he dado cuenta de las diferencias generacionales.

Cerca de donde jugaban los niños ha pasado una anciana, roída por los años, estropeada por el trabajo, con sus dificultades al caminar incluso haciéndolo poquito a poco, y se me han abierto los ojos al ver lo que estaba pasando.

¡Qué falta de respeto! ¡Falta de humanidad! Esos chiquillos endemoniados que parecían divertirse antes, se han puesto a tirar arena a la anciana delante de mis ojos.

Todavía recuerdo cuando era pequeña, el respeto que se nos inculcó en casa por la gente mayor, por los profesores, por la familia, por la gente de alrededor. Todo eso parece haber desaparecido con los años, y todo aquello que nos machacaron nuestros padres lo hemos olvidado en un cajón y no hemos sido capaces de inculcárselo a nuestros hijos.

He sentido vergüenza, y ¿cómo no? he socorrido a la anciana. Claro que también me he llevado lo mío. ¿No decía yo que me llaman a veces señora?

Después he vuelto a tumbarme en el ceded, en otro lugar, donde reinara la tranquilidad y no hubiera niños cerca. He recordado por qué no quiero ser madre y me he olvidado que el césped esta verde a pesar que hay sequia.

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