26.8.06

Esta frágil mariposa


A veces me siento como una mariposa, que vuela sin saber ni donde posarse, hermosa, colorida, delicada, con las alas que llevamos al nacer, o al salir del caparazón. Mi vuelo es lento, pero seguro, a mi paso me voy despidiendo de todo lo que pasa por mi lado, del paisaje, de los números, incluso me he despedido de algunas personas. No me gusta la hipocresía, aunque a veces es necesaria. Hoy me he despedido del ochenta y tres, pero al contrario de lo que me imaginaba, la despedida no ha sido dolorosa, es como si siempre hubiera esperado que se fuera, pero nunca se iba el muy maldito.

En cambio hay veces que me siento como un enorme y pesado trozo de plomo, un cacho de metal nada mas, un pedazo de algo que solo tiene un objetivo en la vida, y que no razona porque no piensa, que no vive porque no disfruta de las pequeñas cosas que le rodean, y que no siente porque hace tiempo que dejo de sentir.

Un objetivo. Una meta. Solo una cosa en todo el día anda por la superficie de este pesado trozo de metal: El desayuno, la comida y la cena. Y no me basta con comer despacio y hacerlo en plato pequeño, ni siquiera me basta con saber que estoy haciendo mal, que hay cosas que no debo comer. Me puede… me pueden los sabores, me pueden los olores y hasta las formas. Me embriaga la sola idea de una comida en el campo, y no es por el paisaje, me enloquecen las cenas románticas aunque no hubiera sexo, comer en casa de mi suegra que cocina tan bien, las barbacoas en casa de Natalia, aunque llueva y no salgamos al jardín.

Pero todo esto va cambiando poco a poco, antes siempre era el pesado trozo de plomo y ahora voy alternando los días con la bella y frágil mariposa, ahora mi objetivo en disfrutar mas de la vida y comer para vivir. Es un camino duro pero no imposible. Es un camino por el que me encontrare seguramente con árboles en flor y cardos borriqueros. Nadie me dijo que fuera fácil, y aun así acepté el reto. Ahora no puedo mirar atrás, no quiero mirar atrás por si las leyendas se apoderan de mi y me convierto en una estatua de sal.

Hoy tengo un objetivo, una meta, da igual como lo llame, pero ya es mas de lo que tenía hace un mes, hoy tengo la alegría de irlo consiguiendo, de verme poco a poco reflejada en este espejo que me muestra la verdad, sin falsos argumentos, sin hipócritas comentarios. No necesito que nadie me diga que me ve mas delgada, ¡Soy yo la que lo esta viendo!

Así que aunque a veces soy un pesado trozo de plomo y otras veces esa mariposa de la que hablo, llegará un día en que simplemente me sienta Mariajo. En realidad ese es mi único objetivo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario