Una clase de amor
Saciando tu hambre te fuiste conmigo
como árbol marchito en que brota la flor
en silencio comimos y en silencio bebimos
pero algo paso que se nos fue el amor.
Camino a los postres pensamos lo mismo
¡Qué suerte tenerte! ¡Qué suerte señor!
pedimos dos copas y brindamos con vino
aunque algo pasara y se nos fuera el amor.
Después de las copas bailamos, reímos,
y justo después quise hacer el amor,
viniste a mi casa, aunque… en ella vivimos,
y deshicimos la cama aunque no hubiera amor.
Y aquí en la penumbra, en silencio y distinto
mirando a la luna sin temor ni rencor,
le confieso en voz alta y acaso al destino
que si esto que siento, no será el amor que volvió.
Mariajo 28/02/2006