Pequeño alien

Nos toca vivir en un mundo donde todo vale, donde predominan mas las formas que los fondos, un mundo que nos invita a ver la television y a hacernos lavados de cerebro que se nos muestran en forma de pastillas, parches y cremas. ¿Hemos de ser todos iguales?

Pero luego caminas por la calle y lo que has visto en la television, esa caja de mentiras, se te viene abajo al doblar la esquina. El mundo no es perfecto. Al mundo, como a mi, le sobran kilos. Así que después de echar un vistazo por ahí, intentando captar la perfección del mundo, volví a poner la televisión y me di cuenta de que al igual que nos bombardean con lo light, con la vida sana y con la pérdida de todos y cada uno de esos kilitos que nos sobran, pues resulta que también nos bombardean con la comida rápida, esa comida que se nos asienta en muslos, caderas y abdomen y que no se levanta ya más.

Así que volviendo a mi manera de ver la vida, justo lo contrario a lo que veo en television, he vuelto a hacerles caso, he vuelto a intentar esa vida sana, he vuelto a hacer dieta, esta vez ayudada por un equipo de “profesionales” y de un “alien” que llevo en la barriga.

Esta vez tengo que ganarle la partida a esos kilos, esta vez seré yo la que me ria de ese anuncio de la talla menos o de la comida sana. Esta vez saldré corriendo cada vez que se abra la veda para las rebajas, porque esta vez….. si que encontraré talla.