8.2.16



Hoy pensaba en el aquí y en el como...

Es difícil que nos paremos a pensar en ello, en este día a día que nos absorbe, y que no deja que miremos ni a izquierda ni a derecha.

Pero hoy pensando en el aquí, pensaba que era fácil dejarse llevar por la vida, dejarse llevar por la corriente, es como ir a un concierto y ponerte en primera fila, no puedes luchar contra el movimiento o caerás. Asi que nos dejamos llevar por la corriente que nos arrastra a la mentira si cabe, nos arrastra a ser iguales o parecidos, a no despuntar por nada y no llamar la atención por todo si se da el caso de que eres diferente. ¿Y sabes por qué?  Por miedo, porque tememos ser señalados. Señalados por no ser buenos padres si no sigues la corriente moderna de la crianza natural, señalados por no trabajar si es que has decidido quedarte en casa precisamente para seguir esa  corriente, señalados si sales con las amigas mas de la cuenta, y te das cuenta justo cuando dejas de cuestionarte por estos motivos, que da igual lo que hagas o lo que dejes de hacer, porque incluso en esa maraña, en esa corriente que nos arrastra y que no deja que miremos a izquierda o a derecha, sacamos tiempo, precisamente para eso, para señalar.

Y yo propongo aquí y ahora...

Ya que la vida es corta, ya que la tenemos que vivir rápida porque el trabajo la educación de los hijos y la propia vida que va tan rápido, no nos da para más, ¿por que no hacemos una proposición de deseos íntimos o no íntimos¿ ¿Por que no dejamos de mirar al de al lado para criticar? ¿Por qué si miramos  no lo hacemos con otros ojos?  Que más da su aspecto, que más da su carácter, que más nos da si como carne o pescado si lo que de verdad importa es lo que yo le puedo aportar?
¿No crees que hoy, aqui y ahora, sería un buen momento para bañarnos de realidades y dejar la banalidad de la ropa, los zapatos y los lazos, y proponernos por un instante mirar a esa persona que tienes al lado para proponerle felicidad? ¿Y como se hace eso?, diras........

Pues bien, es muy facil. Se hace tendiéndole la mano, se hace escuchando de corazón, (no para contestar), se hace ayudándole en lo que puedas y cuando puedas. Y sobre todo, se hace, no juzgando ni aunque conozcas su historia.

La felicidad no se la vas a dar tu, pero puedes ayudar  y contribuir a no hacer justamente lo contrario.

Se hace no creyéndote mejor que nadie, se hace con humildad. Que cuando te van bien las cosas sepas ayudar al otro, y que cuando te van mal, puedas pedir ayuda. Se hace  siendo buena persona, se hace mirando con los ojos del corazón y no con los del egoísmo. Se hace sin rencor, se hace....

En realidad se hace solamente con el corazón.

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