13.12.06

Querida Eva:


12 de diciembre de 2006

Querida Eva:

Hoy me siento a escribir con un marco entrañable en mi cabeza. Tus ojos.

Se que no hace mucho tiempo que nos conocemos, lo se, pero tengo la sensación de haberte conocido desde siempre. Te has metido en mi alma como si de un vapor estuviéramos hablando.

Y es tan placentera la sensación que me produce hablar contigo que siento, a día de hoy, que tengo que conocerte mas.

Y vuelvo a pensar en tus ojos, que son como un canal que transmiten sensaciones que igual no hemos compartido vivencias que no hemos vivido juntas, pero que me emocionan tanto como si fueran mías. Esos ojos, la profundidad de tus ojos a veces me embriaga y me dejo caer en ellos. Tu tienes que saberlo, tienes que saber la sensación que causas en la gente. Por eso yo te quiero.

Todavía hoy recuerdo el día que te conocí, casi lo recuerdo desde la timidez y no timidez del primer día. Ya parecías auténtica, como tu eres. Ya dejaste un rastro entrañable que jamás olvidaremos. Y es que te oigo y te miro….. y te siento, cuando abres la boca, cuando miras en silencio, cuando piensas, cuando relatas, cuando por dentro te veo sufriendo. Y cómo no queridísima amiga, como ya vengo haciendo….. quisiera cargarme lo tuyo y quitarte ese peso, pero tu sabes que no debemos hacerlo.

Parecía que tu problema y el mío estaban a años luz, ¿verdad? Y de pronto nos damos cuenta de esto. Y te imagino y me imagino al paso del tiempo. Y tu llevas una niña del brazo, yo llevo gemelos. Y fíjate que ironías que tiene la vida que además los queremos.

Eva. Te quiero.

Y así dicho parece otra cosa, pero es más que un sentimiento. Es una emoción contenida, es un rastro de lo que siento, es querer que estes en mi vida, es tenderte la mano para cuando la necesites…. Eva…. es que yo quiero que seas mi amiga.

Un beso

Mariajo

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